L'home de la Sorra (4)

La següent parada la farem a un dels clàssics romàntics, el mestre del terror E.T.A. Hoffmann, citat tant per Freud com per Trias pel seu domini de l'emoció sinistre. A un fragment del seu conte l'Home de la sorra la criada li explica a un nen qui és aquest monstre, versió germànica de l'home del sac:

«Lleno de curiosidad, impaciente por cerciorarme de la existencia de aquel hombre, pregunté –por fin a la vieja criada que cuidaba de mi hermanita menor quién era aquel personaje.
»–¡Ah, quieridito! –me contestó–, ¿no lo sabes? El Hombre de la Arena es un hombre malo que va a buscar a los niños cuando no quieren acostarse y les echa arena a los ojos hasta hacerlos llorar sangre. Después los mete en una bolsa y se los lleva a la luna para que jueguen sus hijitos que tienen picos torcidos como los búhos y que les pican los ojos hasta que los matan.

»Desde entonces, la imagen del Hombre de la Arena se grabó en mi espíritu de una manera horrible y por la noche, cuando los peldaños crujían bajo sus pasos, temblaba de ansiedad y de espanto; mi madre no podía entonces arrancarme más que estas palabras sofocadas por el llanto: »–¡El Homnre de la Arena! ¡El hombre de la Arena!
»En seguida escapaba a mi cuarto y aquella terrible aparición me atormentaba durante toda la noche.»
Tres hereus de Hoffmann han portat l'emoció sinistre al pla cinematogràfic: Buñuel, Hitchcock i David Lynch. En tots tres apareixen versions de l'home del sac i de la por a la pèrdua de l'ull -o l'orella. Més endavant veure'm que n'opinava Freud d'això.

Sigmund Freud, Lo siniestro, Ed. López Crespo, pp 72-73 (fragment de L’home de sorra d’E.T.A. Hoffmann):